Soy una mujer guatemalteca. Soy hija de una líder comunitaria y de un contador público. De mi mamá heredé mi necesidad de servir a mi comunidad y mi lado creativo. De mi papá heredé mi pensamiento matemático y estructurado. Soy la esposa de un hombre noble a quien admiro y con quien envejezco y construyo un futuro para nuestros hijos. Soy madre de tres hijos: dos futbolistas, una nadadora y tres artistas. Soy maestra de preescolar, soy psicometrista y aspiro a ser modista y escritora. Soy amante de los animales. En este momento también soy vicedecana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. En este artículo intentaré contar la historia de cómo me convertí en uno de las pocas mujeres en medición de América Latina.
Como la mayoría de las psicometristas del mundo, llegué a esta profesión un poco por casualidad. También me inicié en el fascinante mundo de las pruebas de forma empírica. Empecé a hacer psicometría bajo la tutoría de un experto internacional y, con el tiempo, obtuve un doctorado en una universidad del Global North (expresión en inglés utilizada para representar a los países con mejores índices de desarrollo) hasta convertirme yo misma en una de las expertas en el tema en mi país e internacionalmente.
Todo comenzó mientras trabajaba felizmente como maestra de preescolar en un colegio local. Mi mejor amiga había decidido dejar nuestro colegio para ocupar un puesto en el Ministerio de Educación de Guatemala. Ella estaba a cargo de desarrollar pruebas para el nuevo Sistema Nacional de Evaluación del país a través de un proyecto financiado por una organización de ayuda internacional. Fue ella quien me invitó a ser redactora de ítems para aquella tarea.
Escribir ítems, desde una perspectiva didáctica, implica no solo conocer el tema o la capacidad a evaluarse, implica también conocer la complejidad cognitiva que un estudiante es capaz de alcanzar a una determinada edad y luego de tener oportunidades para aprender. También implica altas habilidades de escritura para evitar introducir sesgos en la medición de un constructo. En ese momento, poco sabía que tal tarea iba a representar el punto de partida que me impulsó a dedicar mi vida a la psicometría.
Con el tiempo, no solo obtuve un doctorado en medición y evaluación, también tuve la oportunidad de liderar un estudio longitudinal sobre el aprendizaje de la lectura en Guatemala. A través de este estudio, pude aplicar todas mis habilidades como psicometrista a un problema real de rendición de cuentas en mi propio país y en países africanos. Además, pude generar conocimiento como académica en este campo. Mis estudios se centraron en el establecimiento de estándares y sus implicaciones en los países y se presentaron internacionalmente. El estudio longitudinal de aprendizaje de la lectura fue mi carta de presentación como psicometrista, primero ante la compañía para la que trabajaba en ese momento, como ante la Sociedad de Educación Comparativa e Internacional (CIES) y el Concejo Nacional de Medición en Educación (NCME).
Sin embargo, circunstancias fuera de mi control que incluían el giro político de los últimos años en Guatemala me llevó a reconsiderar querer dedicar mi vida a la medición y a explorar nuevas oportunidades laborales. Incluso me encontré considerando trabajar en un campo diferente. ¡Dios a veces tiene planes diferentes para nosotras las geeks! Aunque parezca difícil de creer, uno de los negocios más atractivos que consideré fue el negocio de la moda, al cual comencé a dedicarme a través de estudiar confección de prendas. Debo confesar que la moda me sigue encantando.
Para una psicometrista latinoamericana, explorar oportunidades laborales no es una tarea sencilla. En los países latinoamericanos, si bien la evaluación tuvo un auge en las últimas dos décadas, no es un tema de interés o prioridad para la región. La evaluación tiende a ser vista como un mal necesario, pero no como una herramienta para tomar mejores decisiones en materia educativa. Las evaluaciones nacionales son muy criticadas por sus resultados porque, durante años, ha sido evidente que los estudiantes no están aprendiendo, ni los gobiernos están haciendo mucho para brindar oportunidades de aprendizaje a la población joven. Así, la baja prioridad otorgada a la medición y evaluación se traduce en escasas oportunidades laborales para las mujeres en medición de la región.
En América Latina, las oportunidades laborales para los psicometristas se engloban en tres sectores: 1) en los sistemas nacionales de evaluación, 2) en las universidades y 3) en los centros de investigación social, educativa y económica. Estos tres sectores tienen oportunidades limitadas en América Latina y, como es el caso de los sistemas de evaluación, las ofertas de trabajo a menudo están influenciadas por las políticas gubernamentales actuales y la administración presupuestaria. En las universidades locales, con excepción de algunas en Chile y Colombia, se reclutan psicometristas para dictar cursos de estadística e investigación, pero muy pocos de medición. Los centros de investigación relacionados con la medición son escasos en la región y, frecuentemente, dependen de financiamiento externo.
Entonces, cuando comencé la exploración de mi próximo destino laboral, no dejé de preguntarme ¿dónde? y si ¿debería mudarme al Global North? En LinkedIn, recibo aproximadamente 30 notificaciones semanales sobre oportunidades laborales para psicometristas en los Estados Unidos y ocasionalmente uno o dos puestos en un país europeo. Estoy segura de que tengo las habilidades para ocupar cualquier puesto ofrecido en la lista de LinkedIn, pero no estoy autorizada para trabajar en los Estados Unidos o Europa. Además, optar por una autorización de trabajo implica tomar la decisión de dejar el país como una familia de cinco y no como un individuo.
Por lo tanto, mientras exploraba el siguiente paso en mi carrera, me enteré de Women in Measurment y la beca de investigación que estaban concursando. Y, la psicometrista en mí decidió responder el cuestionamiento interno sobre mi próximo paso en mi carrera a través de una investigación. Obtuve una beca para investigar oportunidades laborales y académicas para mujeres en psicometría de América Latina. Hasta el día de hoy, mi investigación ha arrojado varios hallazgos preliminares, que considero han tenido un poder curativo en este momento de mi vida.
- Los psicometristas son pocos en América Latina. Las mujeres psicometristas somos aún menos pero el número ha crecido, especialmente en América del Sur (Chile, Brasil y Colombia).
- Todas tenemos una sólida formación en matemáticas o ciencias económicas, pero con un gran compromiso e interés por la educación y las humanidades.
- Las psicometristas en América Latina buscan aplicar sus habilidades a problemas reales de la región y con especial interés en mejorar la calidad educativa de los países. Algunas han visto la evolución, los avances y los retrocesos de la evaluación educativa en sus países. Muchas han encontrado un nido de trabajo en la gestión de evaluaciones a gran escala y en la realización de análisis estadísticos para diferentes tipos de investigación. Pocas, por no decir ninguna, tiene interés en la investigación tipo Monte Carlo. Ninguna ha participado en una investigación de simulación de este tipo, principalmente porque no han encontrado una conexión con los problemas de la vida real y este tipo de investigación.
- Las psicometristas de América Latina han creado sus propias oportunidades de trabajo, a través de redes, pasantías internacionales y nacionales introduciendo medidas rigurosas en proyectos financiados internacionalmente.
- Existe una fuerte influencia política en la evaluación a gran escala en la región. Algunas psicometristas que hemos trabajado en organismos gubernamentales encargados de la evaluación nacional hemos sobrellevado la carga política, otras hemos huido de ella debido a la corrupción presente en los gobiernos latinoamericanos. Hay un fuerte discurso político de que la educación debe ser “antinúmero”. Hasta el punto de evitar evaluar.
- Los programas de formación en medición educativa son limitados en la región y solo llegan hasta el nivel de maestría. A nivel de doctorado, no hay ninguno. Por ello, las psicometristas latinoamericanos se han formado en Estados Unidos y en España. Aunado a esto, el conocimiento en evaluación y medición se produce mayoritariamente en inglés. Para algunas, acceder a la información en inglés es una barrera. Algunas sienten una fuerte necesidad de actualizar sus habilidades, particularmente sus habilidades de programación.
- Las mujeres en las ciencias, incluidas las psicometristas, han tenido un papel determinante de sus madres en su vida y su carrera. Asimismo, todas han mencionado el papel de un mentor que les ha influido para ejercer esta profesión. Todas sienten una fuerte necesidad de formar a nuevas generaciones en ciencia, particularmente estadística.
- Ni el género ni tener hijos ha sido una barrera para ninguna de los psicometristas de América Latina. Por el contrario, la mayoría admite que quiere convertirse en una modelo a seguir para sus hijos como mujeres en la ciencia.
- La investigación culturalmente relevante es imprescindible para las psicometristas latinoamericanas.
- Finalmente, yo no he sido la única psicometrista latinoamericana que ha considerado una carrera en la moda.
En diciembre 2021 una colega y amiga me abrió las puertas en su empresa para trabajar de forma remota. En esta empresa volví a aprender a hacer psicometría sin el lastre de la política o el manejo de fondos de cooperación internacional en contextos latinoamericanos y, a su vez, me abrió los ojos a nuevos productos y servicios que se pueden ofrecer en América Latina. También pude trabajar con organizaciones internacionales para ayudar a los países africanos a diseñar evaluaciones nacionales.
Mientras diseñaba nuevos servicios relacionados con la evaluación educativa y el uso de evidencias de aprendizaje para América Latina, fui aprendiendo sobre oportunidades laborales relacionadas con la universidad y los centros de investigación en mi propio país. Y, hoy, estoy feliz de estar sirviendo como vicedecana en la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Desde esta posición, enseñaré y aplicaré la medición e investigación educativa en diferentes campos. Toda esta experiencia me confirma que es a través de la investigación que uno crece. No está de más decir que es a través de la investigación que los países realmente se desarrollan.