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Reflexiones de una mamá maestra

Mami tú no entiendes

Esta semana, mi hija tuvo que escuchar su clase virtual en el carro mientras conducíamos a una cita médica.  La maestra que dictaba la clase virtual intentaba enseñarles cómo hacer corazones en origami en celebración del día del cariño.  Los cincuenta minutos que duró la clase, mi hija y yo estuvimos escuchando a sus compañeritos interrumpir a la maestra y pidiendo repetir instrucciones del corazón debido a problemas con el internet: “¿puedes repetir la última instrucción?”, “se me fue el internet”, “¿qué tengo que hacer?”, “no veo tu cámara”, eran algunas quejas de los niños.  Después de un rato de estar escuchando la clase, imprudentemente, le dije a mi hija: “Qué aburrido debe ser para tu maestra estar escuchando que el internet y la plataforma no funcionen para todos.  Creo que tu maestra debería enviar el video de YouTube para que ustedes lo hagan en casa solitos”.  Inmediatamente mi hija que ama a su maestra me miró con ojos desafiantes y me contestó: “Mama esta es la escuela ahora.  Tu no entiendes, porque en tu época no era así”.  Aunque la respuesta de mi hija me hirió el orgullo de educadora, creo que, como todas las veces que mi Sarita manifiesta su sabiduría, ella tiene razón.

Después de este año inusual, me pregunto: ¿Qué es la educación actual? ¿Qué habilidades tienen que dominar los niños actualmente para aprender? He estado tratando de responder estas preguntas desde el día del incidente y no encuentro una respuesta correcta.  Así que, en lugar de encontrar una respuesta, he decidido aceptar que, contrario a lo que yo pensaba el año pasado, el COVID-19 no es temporal y que realmente todo, incluyendo la escuela como la conocíamos, cambió para siempre. 

En la escuela actual no hay muchas cosas como las conocí. Por ejemplo, no hay salón de clases.  Yo recuerdo la ilusión y los nervios con la que yo esperaba encontrar mi nuevo salón y conocer a mis nuevas compañeras cada inicio del año escolar.  Me encantaba oler el salón recién pintado y los escritorios mejorados el primer día de clases.  En la escuela actual no hay recreo.  El recreo era mi parte favorita de la escuela.  En el recreo aprendí algunas de las habilidades más importantes de la vida. Por ejemplo, aprendí a negociar los juegos, a administrar mi tiempo entre comer y jugar, a compartir, entre otras.  En la escuela actual no hay abrazos ni comunicación corporal y visual de la maestra.  Mis maestras me hablaban con la postura, con la mirada, con palmadas y con abrazos.  En la educación actual no hay aprendizaje cooperativo.  Yo recuerdo que cuando no entendía las instrucciones de mi maestra, siempre había una amiga que me las explicaba mejor que ella.  En la escuela actual no hay evaluación.  Yo recuerdo que cuando tenía un examen, moría de los nervios porque ni siquiera una calculadora me haría el favor.  La escuela actual no tiene uniformes.  En mi casa vivimos en pijamas sin importar la hora o el día.

Pero la escuela actual tiene cosas interesantes que no conocía. En la escuela actual hay plataformas virtuales.  En ellas se puede organizar el contenido y las tareas con tal detalle que el niño y sus papás pueden accederlas en cualquier momento y saber lo que aprenderá durante un período de tiempo sin necesidad que alguien se lo diga.  En la escuela actual hay aplicaciones de aprendizaje.  Con ellas se pueden consolidar habilidades porque otorgan oportunidades y retroalimentación al instante. No solo eso, sino que existen en muchos idiomas y formatos.  En la escuela actual ya no se vale la excusa clásica de “mi perro se comió mi tarea”.  A menos que el perro se coma la computadora, todo se puede reimprimir, volver a hacer y volver a entregar las veces que se desee antes de la fecha límite.  La nueva escuela tiene chats y video llamadas.  Mis hijos usan el chat y las video llamadas para comunicarse con sus amigos y hacer grupos de juego durante las tardes.  La escuela actual tiene correos electrónicos.  Los docentes de mis hijos se comunican con ellos a través de correo electrónico.  Ciertamente, mis hijos están aprendiendo a distinguir el tono de la maestra en cada correo que reciben.

Mis hijos han aprendido habilidades que yo no tenía cuando era niña.  Incluso, me atrevo a decir que muchas de ellas las aprendí cuando tuve un trabajo en oficina a los 24 años.  Mis hijos han aprendido a organizar sus horarios de clases y de tareas de forma independiente.  Mi hija que tuvo dificultades para aprender a leer y escribir, aumento su fluidez de lectura y escritura tratando de chatear y leer los mensajes de sus amigas.  La motivación de encajar en su grupo de juego, la hizo superar muchas barreras.  Mi hijo pequeño aprendió a distinguir intrusos de amigos en sus juegos electrónicos.  Además, mis hijos responden más correos que yo en una semana de trabajo.  Finalmente, mis hijos han aprendido a resolver problemas de la escuela con los recursos existentes.  Sarita encontró el video del corazón en origami en YouTube y completó su tarea. Ciertamente, ha habido aprendizaje; podría seguir describiendo más de estos ejemplos. Me pregunto si lo que Sarita me estaba tratando de decir en su respuesta era que dejáramos de añorar las cosas como eran antes y que no podemos cambiar para abrazar el futuro en su máximo esplendor.  

Sin embargo, no dejo de desear que mis hijos vuelvan a la escuela.  Deseo qué se ensucien en los recreos, que compartan su refacción, que la maestra los regañe en persona, que olviden la tarea, que jueguen fútbol en el recreo y que mueran de estrés por un examen.  De la misma forma, deseo que todos los niños del mundo regresen a la escuela pronto.  No dudo que los aprendizajes que mis hijos tuvieron son un privilegio que no tiene la mayoría de los niños del mundo. Y que haber obtenido esas nuevas habilidades abrirá una brecha aún más grande entre los que la tuvieron oportunidades y quienes no la tuvieron durante la pandemia.  En el fondo de mi corazón, quiero creer que podemos regresar a una escuela mejorada.  Una escuela que haya aprendido de este año.  ¿Creen ustedes que será posible obtener el balance de las cosas buenas de ambas escuelas, la presencial y la virtual, para que el futuro de los niños sea mejor?